🧡 Cómo salir bien en fotos sin posar (sí, se puede)

Vamos a ser sinceros: a casi nadie le gusta “posar”. Ni yo, ni tú, ni la mayoría de parejas que vienen a mí para su reportaje de boda. La buena noticia es que no hace falta. Las mejores fotos no se consiguen pidiendo que mires a cámara y sonrías. Se consiguen cuando te olvidas de que hay una cámara delante.

Si estás planeando tu boda y piensas cosas como:

“yo salgo fatal en las fotos”
“me pongo tenso cuando me hacen fotos”
“no sé qué hacer con las manos”

Tranquilo/a. No eres el único. Y aquí te cuento cómo trabajamos para que salgas bien sin tener que actuar, forzar ni fingir nada.

1. Cambiamos el chip: no hay que “salir bien”, hay que ser tú

Deja de pensar que tienes que “salir bien”

Este es el error número uno: intentar salir bien en lugar de ser tú. Cuanto más te esfuerzas en parecer algo, más incómodo te vas a sentir. No tienes que poner cara de nada. Ni de guapo, ni de interesante, ni de “soy la alegría de la huerta”. Solo tienes que vivir el momento.

En fotografía, lo natural siempre gana. Y lo natural eres tú, tal cual.

Cuanto más te permitas estar presente, más auténticas y bonitas serán las fotos.





2. No te voy a pedir que poses (nunca)

En mi forma de trabajar, no hay poses forzadas. Me muevo en segundo plano, capto gestos, miradas, roces de manos, abrazos sinceros. Te daré alguna indicación suave solo si hace falta, pero nunca tendrás que estar pendiente de “cómo salir bien”. De eso ya me ocupo yo. En la preboda os guiaré para conseguir fotos así de naturales y conseguiré que os olvidéis de que estoy allí.



3. La clave está en olvidarte de la cámara

Y para eso, lo importante es sentirte cómodo/a conmigo, y eso sin duda está en mis manos y soy un experto en ello. Dicen de mi las parejas que se sienten muy agusto conmigo haciéndose fotos. Desde que nos conocemos hasta el día de la boda, intento que haya confianza. Que me conozcas como “Iñigo” y no como “el fotógrafo”.

Cuando estás a gusto, te olvidas de que te están fotografiando. Y ahí es donde pasa la magia. ¿Un truco infalible? Ignora la cámara. Mira a tu pareja. Háblale, ríete con ella, abrázale, dile lo que quieras… pero que tu atención esté puesta ahí, no en mí.

Yo estoy para capturar lo que pasa entre vosotros, no para interrumpirlo.

Cuando te centras en lo que sientes en vez de en cómo te ves, te olvidas del resto



4. La preboda como ensayo (y desconexión)

Siempre recomiendo hacer una sesión preboda. No por las fotos (que también), sino porque es una forma de perderle el miedo a la cámara. Charlamos, paseamos, reímos… y sin darte cuenta, ya estás siendo tú delante del objetivo. El día de la boda lo notarás.



5. Microtips para relajarte (por si los necesitas)

  • Muévete: Andar, hablar, abrazar… lo que sea, pero moverse ayuda a que todo fluya. El momento en el que te sientes ridículo es, muchas veces, cuando estás “quieto posando”. Por eso, si te mueves, charlas, das un paseo, o simplemente te abrazas, tu cuerpo se relaja y todo fluye.

    En las sesiones de pareja o en la propia boda, siempre os propongo caminar, bailar, charlar, o hacer cosas que haríais igual aunque no hubiera cámara. Y así es como salen las fotos que cuentan de verdad quiénes sois.

  • Olvídate del fotógrafo: No mirar a cámara y mirar a tu pareja es una manera de olvidarte de que estoy allí y de que os salgan esas miradas y sonrisas de verdad.

  • Respira y disfruta: Si estás presente, si vives tu boda de verdad, tus fotos hablarán por ti.


Para terminar…

Salir bien en fotos no va de posar. Va de sentirte tú. Y si hay algo que me obsesiona como fotógrafo de bodas, es precisamente eso: captar la verdad de cada pareja sin interferir, sin dirigir, sin artificios.

Así que si te preocupa salir bien en las fotos, solo te digo una cosa:
confía y disfruta. Lo demás viene solo.






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